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Meditaciones Amar al Otro con Amor de Dios
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Ebook Dar Sin Esperar
Da Sin Esperar
La pureza de la bondad
La pureza de un acto de bondad es su esencia
El no esperar, el hacer actos de bondad sin ningún interés, hacerlos desde la pureza de tu corazón, actuar como actuaría Jesús, y viendo el rostro de Jesús en el otro, hacen que un acto de bondad sea puro.
La intención y la pureza de un acto de bondad son más importante que el mismo acto. Puedes hacer un gesto gigante con alguien, pero si tras ese acto está tu ego con su vanidad y en realidad buscas ser reconocido y alabado por lo que hiciste, de nada vale. Igualmente, si no es sincero, desinteresado y estás esperando algo a cambio, también pierde su valor.
Un acto de bondad debe ser transparente, cristalino, sin sentimientos ni intenciones escondidas; debe ser hecho única y exclusivamente por el bien de quien lo recibe
Es fácil dejarse atrapar por el ego queriendo ser reconocido por algún acto de bondad realizado, es fácil caer en la tentación de querer esperar algo en retorno. Pero si tu acto es realmente puro, dejarás a un lado tu ego y tus expectativas y te enfocarás en hacer bien a quien lo recibe, sin importar cómo reaccione esa persona.
Es por eso que es tan importante que evalúes MUY bien tus razones detrás de cada acto de bondad. El beneficiado debe ser siempre el otro y su respuesta a tu acto debe ser completamente independiente a lo que tú pienses de tu acto o de lo que esperes de la otra persona.
Cuando un acto de bondad es completamente desinteresado, altruista, no se espera absolutamente nada.
A veces es muy difícil hacer grandes o pequeños actos de bondad sin esperar nada, pues inconscientemente queremos algo a cambio; así sea un gracias. Este libro te ayudará a que no esperes nada, a que la satisfacción de haber hecho lo correcto por el otro sea suficiente.
Tus Actos de Bondad
En esta parte primera te enfocarás en tus actos de bondad hacia el otro, en cómo actuaste tú y dejarás por completo a un lado cómo reaccionó quien recibió tu acto de bondad.
No te fijarás en cómo actúa la otra persona, no juzgarás, no criticarás, no reprocharás; pues son actos desinteresados que su único propósito es beneficiar al otro. Que el otro lo reconozca, lo vea, lo sienta, lo diga, no debe influir en cómo te sientes tú, pues tú no tienes control sobre esa persona y ella no debe tener control sobre cómo te sientes tú y sobre cómo reaccionas a tu acto de bondad.
NO PUEDES PERMITIR QUE ALGUIEN QUE NO RECIBIÓ TU ACTO DE BONDAD COMO ESPERABAS CORTE TU INSPIRACIÓN, AFECTE TU CORAZÓN Y TE NIEGUE LA POSIBILIDAD DE MÁS ADELANTE HACER ACTOS DE BONDAD.
Tú eres tú y él es él; solo tienes control sobre ti mismo, y sobre cómo te hacen sentir las acciones de los demás; tú tienes el control, NO ellos; ellos solo tienen el control de cómo reaccionan a tus actos. No les des control sobre cómo te sientes. Al esperar, al tener expectativas, les estás dando el poder de tener control sobre cómo te sentirás; pues tus sentimientos estarán basados en las acciones del otro.
Tú eres libre, no te dejes atar, no dejes que el ego te nuble la vista con su vanidad; mantén clara la mirada en Dios y actúa como Él actuaría.
La reacción del otro no puede definir cómo actuarás con ellos o con alguien más en un futuro, no puedes permitir que tengan ese dominio sobre ti, sobre tus sentimientos, sobre tu vida, sobre tus actos. Eres hijo de Dios y solo Él debe guiar y dirigir tus actos a través de tu corazón, no alguien externo a ti.
Cuando tengas la oportunidad de hacer un acto de bondad, piensa como Jesús, actúa como Jesús, sé tú ese mensajero de bondad en el mundo. Dios nos da a diario oportunidades para tener actos de bondad con otros, somos su instrumento del Amor de Dios en este mundo.
Siempre piensa que es Dios actuando a través tuyo, es Dios quien debe dirigir tus actos, así serán más puros y verdaderos. Ponte la mano en el corazón, entrégate a Dios y haz actos de bondad cuando tengas la oportunidad.
MIRA A DIOS, ENFÓCATE EN DIOS Y ACTÚA CON BONDAD.
Actos Sin Reconocimiento
No siempre tus actos de bondad serán reconocidos como esperas, no serán siempre agradecidos y el resultado que quisieras, a veces no pasará. Eso no hace malo a nadie, ni debe afectar cómo actuarás en el futuro con esa u otra persona.
Cada persona actúa como mejor le parece y eso es parte de la libertad de ser de cada uno, de respetar la individualidad y dejar ser al otro como es. Sin reprochar, ni reclamar, y mucho menos arrepentirse, juzgarse o criticar. Por eso es tan importante hacer un acto de bondad sincero y solo pensando en el beneficio del otro.
Deja al otro ser libre de ser como es, tú haces tu parte y él hace la suya. Que estés de acuerdo o no con cómo actuó no debe influir en cómo te sientes con respecto al acto de bondad que tuviste ni a los que tendrás en el futuro; así como tampoco a cómo te sientes con respecto a quien le diste el acto de bondad.
SE BONDADOSO, SONRÍE Y NO ESPERES
NI TENGAS EXPECTATIVA ALGUNA, ASI VIVIRAS EN PAZ Y FELIZ.
Ebook Dar Sin Esperar 2
Repaso de la primera parte
Dar Sin Esperar
La pureza de la bondad
Ahora ya has completado las dos partes de un acto de bondad. Para este momento, es posible que hayas cambiado de cómo ves un acto de bondad. Es por eso que nuevamente vas a volver a enfocarte en dar bondad a los demás.
Te darás cuenta cómo has cambiado de la primera vez que lo hiciste a esta vez.
Ebook Recibir Sin Juzgar
Actos de Bondad a Ti
Reconocer & recibir con Amor sin juzgar
En esta parte te enfocarás en reconocer y recibir con Amor los actos de bondad que los demás tienen contigo.
Los actos de bondad tienen dos lados: el de dar que fue la primera parte de este libro. En esta segunda parte veremos el recibir. Es importante aprender a recibir la bondad del otro, es amarse a sí mismo y apreciar la generosidad que nos rodea.
Así como también es importante CÓMO se recibe la bondad. Los actos de bondad que vienen de los demás no deben ser juzgados, criticados, ni condenados, no debes pensar que es poco o es mucho, solo reconócelo y agradece a Dios y a quien tuvo ese acto de bondad contigo. Y si te nace reciprocar sinceramente, ¡hazlo!
Ten siempre el corazón abierto para recibir sin juzgar. A diario se pueden estar recibiendo actos de bondad, pero si no aprendemos a reconocerlos, si no los vemos, pasamos la vida creyendo que no hay bondad en los demás hacia nosotros.
Es normal en nuestra humanidad querer que los demás actúen como actuaríamos nosotros, es normal esperar que el otro sea como esperamos, pero debemos aceptar que todos somos diferentes y recibir sin juzgar, criticar, ni reprochar. Todos somos libres de ser quien Dios nos creó para ser; cada uno es libre de dar y recibir actos de bondad, cada uno es libre de a reaccionar como mejor le parece o mejor pueda a un acto de bondad. Tú preocúpate por cómo reaccionas tú, qué haces tú, enfócate en TUS acciones y deja al otro a ser libre.
Cuando alguien tenga un acto de bondad contigo, pregúntate:
¿cómo me gustaría que respondieran a mi si fuera yo quien hiciera ese acto de bondad? y reacciona como te gustaría que lo hicieran contigo.
Cada Cual Da Lo Que Puede
Amor Sin Juzgar
Si nos basamos en el principio de pensar que cada cual da según lo que tiene, si nos ponemos en su lugar, es más fácil entender al otro. Lo ideal es verlo con ojos de Dios; imagina cómo lo vería Dios, qué pensaría Dios de ese acto de bondad que piensas tener con esa persona, o que han tenido contigo, cómo actuaría Jesús en mi lugar.
Al hacernos esas preguntas, salimos de nosotros mismos, del mundo terrenal donde todo se juzga, se califica, se compara, se critica, salimos del ego, de la vanidad y entramos en el mundo de la espiritualidad y del Amor. Nos ponemos los lentes del Amor y vemos al otro como un ser lleno de muchas cualidades hermosas que hace lo mejor que puede con lo que tiene.
Se dejan a un lado los juicios y entran la compasión, comprensión, entendimiento, apreciación y cambia completamente como ves al otro.
Haz la prueba y verás cómo toda perspectiva cambia, todo acto de bondad se agranda y se aprecia más. Pues estás viendo todo como lo vería Jesús, mirarías con corazón puro. Te darías cuenta que cada cual da lo que puede con lo que tiene.
Que para ti sea mucho o poco no es relevante, pues esa persona da desde sí mismo. Lo que para ti es poco, para él puede ser mucho, lo que para ti es mucho para él puede ser poco. Lo importante no es lo grande o pequeño del acto, sino cómo lo recibes tú.
Diario Recibir Sin Juzgar
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